Fases de los documentos

A fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, la archivología establecía que los documentos debían pasar de la fase administrativa a la histórica. Después de la segunda guerra mundial, como consecuencia del desarrollo científico y tecnológico, se produce un incremento desmesurado de documentación. Luego del informe de la Comisión Hoover, en 1947, surge la Teoría de las Tres Edades de los Documentos en los Estados Unidos de América con la intención de dinamizar y mejorar los procesos archivísticos a través de la elaboración de tablas de valoración documental para seleccionar aquella documentación de valor permanente y eliminar lo superfluo.

La Teoría de las tres edades de los documentos sostiene que toda la documentación generada y recibida por una institución debiera recorrer de manera potencial un trayecto de tres etapas, corriente, semicorriente y permanente, tomando en cuenta los valores de los documentos: administrativos (para la primera y segunda edad) e histórico-científicos. Esto, a su vez, da lugar a diferentes categorías de archivos: de oficina, centrales e intermedios y generales e históricos.

Igualmente, las tres edades de los documentos se corresponden con las fases de lo que se denominó el Ciclo vital de los documentos. Este principio promueve la creación e implementación de programas de tratamiento documental desde el nacimiento de los documentos y la creación de los denominados archivos intermedios, cuya finalidad es la de garantizar la presencia del archivero y los métodos archivísticos para que los documentos de archivo reciban el tratamiento adecuado en cada una de sus edades.

El concepto referido a la continuidad de los documentos, o Teoría del continuo, surge en Australia a fines de la década de los noventa. Sin embargo, a mediados de los años cincuenta y ochenta los ingleses introducen el concepto de responsabilidad movible, que incluye la idea de colaboración entre los responsables de los archivos administrativos (etapas activa y semiactiva) y de los archivos históricos, sobre todo para los procesos de valoración de documentos.

El modelo australiano completó el principio de responsabilidad movible y sostiene que, para un mejor tratamiento de los documentos de archivo, no debiera pensarse en etapas o edades separadas, sino en un proceso continuado en el tiempo que abarca desde el momento de concepción del documento hasta el momento de su eliminación o su conservación permanente.

Así, según afirma Barnard Amozorrutia (2011), los documentos de archivo se crean y reciben en primer lugar para respaldar actividades que derivan de funciones que necesitan ser documentadas; luego, para asegurar la recuperación de esos documentos como prueba y sustento de las acciones de la institución. Finalmente, los documentos de archivo se incorporan al sistema formal de administración de archivos y forman parte de éste para asegurar su uso y acceso.

En definitiva, la teoría del continuo propone una mirada distinta al ciclo vital de los documentos, en tanto compromete a los archiveros en la planificación y puesta en marcha del sistema de gestión de documentos y considera que los documentos de archivo se encuentran en constante transformación, gracias a lo cual alcanzan nuevas significaciones en el tiempo.

Sobre el tema, Philip Bantin (1998) considera que la diferencia más significativa entre el ciclo de vida y la teoría del continuo estaría dada en las responsabilidades relacionadas con la gestión de los documentos de archivo. En la primera y segunda edad del ciclo vital, los documentos de archivo son responsabilidad directa de la institución productora y los documentos de archivo de valor permanente son transferidos a la órbita y competencia de los archiveros en los archivos históricos.

Por otra parte, en el modelo del continuo se fomenta la fusión y acuerdo de responsabilidades entre los productores de documentos y los archiveros en los procesos de concepción, producción, uso y difusión de los documentos de archivo en el marco de un sistema de gestión de documentos.

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Referencias bibliográficas

Bantin, Philip. Archival Issues: Strategies for managing electronic records: a new archival paradigm? An affirmation or our archival traditions (17-34). En: Archival Issues, 23 (1), 1998.

Barnard Amozorrutia, Alicia. Funciones, procesos y requisitos. En: Administración de documentos y de archivos. Textos Fundamentales [en línea]. España: Cordinadora de Asociaciones de Archiveros y Gestores de Documentos (CAA), 2011 [fecha de consulta: 01 de enero de 2016]. Disponible aquí

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